sábado, 26 de noviembre de 2011

Insectos Espías (cybors)

No se si el término cybors cabe realmente tal como lo conocemos en estos animales, pero  muchos insectos a lo largo de nuestra era han servido como inspiración para un buen número de micro vehículos aéreos (MAVs) y también terrestres, y en menor proporción acuáticos. Estas pequeñas "bio-máquinas" se despliegan en situaciones peligrosas en las que hace falta espiar - o controlar desde lugar seguro - eventos que podrían poner en peligro vidas humanas.
Pero ahora los investigadores de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Michigan proponen que en vez de buscar inspiración en los insectos, tal vez se les podría usar a ellos directamente como "nuestros ojos" en esas situaciones de riesgo. Para ello proponen hackear a los pobres bichos (ellos dicen "mejorar") dotándoles de sensores electrónicos.

La técnica utilizada por los científicos del DARPA (sigla de "Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa" en inglés) consistiría en remover el tórax de una polilla durante su metamorfosis e inyectar un chip que "crecería" con el insecto, dentro de la crisálida. Según los científicos del proyecto, esto sería comparable al uso de animales durante la historia de la humanidad para transporte y trabajo. También han dicho que el chip sería como "las sillas de montar y las herraduras, que son necesarias para el control de la locomoción del caballo". Los modos con que se controlaría la polilla podrían ser varios: excitación eléctrica muscular, estimulación eléctrica de neuronas, proyección de pulsos ultrasónicos que simulan los de los murciélagos o proyección de feromonas.

Este prototipo de cyborg tiene sus antecedentes en un prototipo que fue presentado hace ya al rededor de tres años en una conferencia internacional especializada en sistemas electromecánicos de tamaño micro y celebrada a mediados de enero de 2008 en Arizona (Estados Unidos). Allí, científicos de la Universidad de Michigan presentaron un insecto cyborg dirigido por control remoto.      
La principal idea que aporta esta investigación es que se puede obtener energía biológica del insecto, ya sea a través del calor del cuerpo o del movimiento que genera. El dispositivo que se coloca encima del insecto convierte la energía cinética del movimiento de las alas en electricidad, prolongando así la duración de la batería empleada. Ésta se puede utilizar así para alimentar pequeños sensores implanta

dos en los insectos, con el fin de recoger información vital de estos entornos hostiles o simplemente desconocidos y de difícil acceso para el hombre.

El equipo de investigadores ha tenido que diseñar un generador piezoeléctrico en espiral para poder maximizar la potencia de salida mediante el empleo de una estructura que se pueda incrustar o integrar en un área muy reducida.

La tecnología desarrollada para la fabricación de este prototipo ha incluido un proceso específico para crear dispositivos a una escala muy baja, a base de sustratos piezoeléctricos que se pueden diseñar gracias a un láser de femtosegundo.

En un artículo científico titulado Recolección de energía a través del vuelo de los insectos, recientemente publicado en el Diario de Micromecánica y Microingeniería, el equipo describe varias técnicas para obtener energía del propio movimiento de batida de alas, y además presenta datos sobre la potencia medida a partir de las pruebas con escarabajos.

Esta investigación se ha financiado mediante el programa Diseño de Insectos Híbridos Micromecánicos de la Agencia de Investigación Avanzada de Proyectos para Defensa. Para desarrollar la investigación se han utilizado las instalaciones Lurie de Nanofabricación de la Universidad de Michigan.

La Universidad actualmente está intentando proteger esta patente de propiedad intelectual, y para ello se encuentra en un proceso de captación de socios comerciales que permita llevar esta tecnología al mercado.
Fuente y texto: Neoteo.com, gizmag y Universidad de Michigan